Nuestra segunda parada en Costa Rica fue La Fortuna, donde la impresionante figura cónica del volcán Arenal se impone mires donde mires. Nos alojamos las tres noches en el Hotel Tangara, que cuenta con bonitas habitaciones de madera así como un cuidado jardín con piscina. Heriberto, en la recepción, siempre está dispuesto a mantener una conversación y recomendar interesantes planes en La Fortuna y alrededores. Además, aprovechamos uno de los días para hacer una excursión al Parque Nacional Volcán Tenorio, más conocido por su río Celeste, que está a unos 80 km de distancia.

Día 3:

Tras unas dos horas de carretera, llegamos desde Poás a La Fortuna, donde nos esperaban tres días de mucho senderismo y alguna que otra recompensa en forma de aguas termales. Y es que bajo La Fortuna, la lava, todavía en fase de solidificación, calienta numerosos manantiales termales. No quisimos perdernos una tarde de relax en uno de esos manantiales, pero primero nos acercamos a una reserva natural para apreciar por primera vez el volcán Arenal en todo su esplendor.

1. Reserva y mirador El Silencio. Se trata de una reserva privada menos conocida que el Parque Nacional Volcán Arenal (imprescindible si viajas a La Fortuna y al que iríamos al día siguiente), pero con unas vistas al volcán sencillamente inmejorables. También tiene numerosos senderos a través de un bosque primario donde disfrutar de la fauna y flora autóctonas. Otra opción es subir directamente con el coche hasta un parking desde donde arranca el Sendero de Lava del 68, sin duda el más recomendable de todos los senderos. Éste lleva como nombre la fecha de la última erupción del volcán, todavía en activo, y que tuvo lugar el 29 de julio de 1968 tras más de 400 años sin actividad. No es un sendero demasiado largo, aunque requiere algo de esfuerzo al ser completamente ascendiente. Eso sí, las vistas al volcán Arenal desde la parte más alta merecen mucho la pena, y he de decir que nosotros no encontramos ninguna panorámica tan buena al día siguiente desde el Parque Nacional Volcán Arenal.


2. EcoTermales. Tras la caminata en El Silencio nos esperaba una tarde muy relajante en EcoTermales. La oferta de aguas termales en la zona es amplísima y los precios varían entre los 25 y los 75€; nosotros nos decantamos por algo intermedio y, aunque no pudimos comparar, EcoTermales cumplió con todas nuestras expectativas. Sus piscinas naturales van de los 37º a los 41º y también cuentan con una piscina y catarata de agua fría. Además, aseguran que es la única propiedad de aguas termales en La Fortuna donde el agua brota naturalmente, sin intervención humana.



Tras pasar por el hotel, fuimos a cenar a Chifa La Familia Feliz (calle 2), un interesante local que fusiona la cocina china con la peruana. Los platos rondan los 8-10€ y están realmente ricos.

Día 4:

1. Parque Nacional Volcán Arenal. Aunque las vistas hacia el volcán nos gustaron más desde el mirador El Silencio, caminar por los senderos de este parque nacional fue una maravilla en todos los sentidos. La frondosidad de la vegetación, los animales autóctonos, los árboles centenarios y los restos de lava expulsados por el volcán hacen del parque una visita imprescindible y una experiencia inolvidable. La entrada (14€ aprox.) da acceso a dos áreas: el sector volcán y el sector península. Nosotros comenzamos por el sector volcán y recorrimos el sendero Las Coladas y el sendero El Ceibo hasta llegar al Mirador Volcán Arenal. Los senderos son relativamente planos (excepto la subida al mirador) y en total se recorren unos 5 kilómetros. Destaca el impresionante árbol Ceibo de más de 50 metros de altura y 400 años de antigüedad.


El recorrido es circular, por lo que acabamos en el parking donde habíamos aparcado al llegar. Antes de dejar el sector volcán, cogimos el coche y fuimos a un segundo mirador más al norte donde comimos unos bocatas que habíamos preparado admirando el inmenso volcán escondiéndose entre las nubes.


Las nubes anunciaban lluvia, pero no quisimos dejar de visitar el sector península, desde donde se tienen unas bonitas vistas al lago Arenal a lo largo de todo el sendero Los Miradores. Volvimos por el sendero El Tororoí, donde nos cayó un aguacero considerable en el último tramo, pero sin duda valió la pena.


Día 5:

1. Parque Nacional Volcán Tenorio. En nuestro último día en La Fortuna decidimos contratar una excursión de un día a este parque nacional, más conocido por el río Celeste que alberga en su interior. La verdad es que no recuerdo el nombre de la empresa donde contratamos el tour ni cuánto nos costó, pues no lo buscamos previamente sino que nos lo recomendaron en el hotel, aunque nuestra guía era amable y quedamos muy contentos con la excursión. También puedes dirigirte directamente en coche, pagar la entrada al parque y moverte libremente por él, aunque es probable que sin guía no veas tantos animales.

Nos recogieron de buena mañana junto a otras dos chicas que también se alojaban en nuestro hotel y, tras un trayecto en bus de hora y media aproximadamente, llegamos al Parque Nacional Volcán Tenorio y comenzamos nuestra caminata al primer punto de interés, la catarata del río Celeste. Esta catarata de unos 30 metros de altura es probablemente uno de los mayores atractivos del parque pues es el primer punto en el que se aprecian los increíbles tonos azules turquesa del agua. A lo largo del sendero van apareciendo otros puntos interesantes, como la laguna azul, una pequeña poza de color turquesa intenso debido a la alta concentración de sustancias químicas naturales, los hervideros, lugares donde estallan pequeñas burbujas y se escapan gases propios de la actividad volcánica, y el Teñidero, un lugar mágico donde se inicia el fenómeno que da la coloración celeste al río. En este punto se juntan dos ríos que descienden del volcán Tenorio, el Buena Vista y el Quebrada Agria, con características químicas diferentes que al encontrarse provocan ese intenso color celeste tan difícil de creer. En el camino también se encuentra el mirador del volcán Tenorio, con vistas al complejo volcánico que en realidad está compuesto por tres picos volcánicos: el Montezuma, el Tenorio I (el más alto) y el Tenorio II.


El trayecto son unos 7 km en total, algunos tramos son de subida y muchos de ellos están embarrados (al menos en época de lluvias), por lo que es recomendable llevar botas de montaña. A la entrada del parque hay vendedores ambulantes de fruta que está deliciosa. En la excursión estaba incluida una comida, donde se podía elegir entre el tradicional casado de carne o de pescado, arroz con pollo o camarones.