Una de las cosas buenas que tenía vivir en Berlín es que recibía visita bastante a menudo. Además de recorrer mis sitios favoritos de la ciudad cada vez que esto pasaba, me gustaba guardarme algún lugar que tenía ganas de conocer y que aún no había visitado. En una de éstas descubrí Teufelsberg, una antigua estación de espionaje estadounidense y británica que se utilizó durante la Guerra Fría y que bien merece una visita si te encuentras en la capital germana.


Teufelsberg (en español: montaña del diablo) estuvo mucho tiempo abandonada, pero hace unos años una serie de iniciativas y de grupos de artistas plantaron su base en este espacio, habilitándolo y gestionando la entrada al público (5€). Para llegar a la estación hay que atravesar el bosque de Grunewald: lo cierto es que el camino no está apenas señalizado aunque las cúpulas blancas van marcando gran parte del camino. Llega un punto, cuando ya se está bastante cerca, en el que las cúpulas se pierden entre las copas de los árboles, en ese momento creo que lo mejor es recurrir a Google maps. Una vez dentro de la estación hay muchos espacios que visitar: las distintas cúpulas, los talleres de artista y el propio camino que lleva al punto más alto, que está lleno de desechos y grafitis. Además, Teufelsberg es el segundo punto más alto de Berlín, por lo que las vistas también merecen la pena.